Estereotipia circundante,
silueta perpetua,
estigmas inextirpables,
recuerdos atosigadores.
Memorias, desamores,
soles y lunas,
la divina comedia,
este amor y este odio.
El duelo y la culpa,
el suspiro que repito,
y a paso agigantado,
a veces suave, me alejo.
No hay ídolos en mi país,
pero cada tanto,
me envenena una estrella fugaz,
infinita pasión, la vida es sueño.
Y sueño, de vez en cuando duermo,
ahora que me olvidé lo que estar
despierto y vacío, rompo el silencio y
grito: ¿Dónde están mis quimeras?
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