El problema no es si cielo o infierno,
el problema es el dualismo irrisorio.
Esta forma de pensar,
esta estructura de pensamiento.
El prisma que insiste en su reflejo,
la interpretación que significa
automática y no admite,
no admite falta.
Y aquí, otra vez.
Entre el horno y el freezer.
Y aquí, otra vez...
escapándole al sustantivo,
para inscribir un verbo.
Soltarse, otro poco de este lugar
y en el intersticio crear
un mundo terrenal posible.
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