Vertiginosamente entiendo que es imposible, desde ya.
en ligero declive, me olvido y sueño,
como imposible, soñar. Entonces, me adormezco
y allí no hay lugar para amarrar.
Como siempre lo supe, nunca lo sentí.
Esquivándole al tacto, huyendo a su suavidad.
Renovando ilusiones que vuelven a caer.
Parece apróposito que sólo allí pueda subsistir.
Y vivir, tan imposible, que quiero partir.
que me lleves allí, donde nunca fui.
Que me cuides a mi, sobre todo de mi.
Romper la distancia y dejarme anudar.
Comprendo, quizás demasiado pronto
que hasta aquí llegué y no sé cómo seguir
que estoy perdida, sucia y muda
que tengo miedo y no puedo gritar.
que mi sensibilidad me da asco,
y no hay con quien compartir
el papeleo que releo, y empecé a escribir
sobre este viaje cuando elegí partir.
Contarle al mundo más que billetes
y recorrer sus millas, mas que atravesar su cielo
es lo que más quiero yo.
Dejarme de mariconeadas,
de vueltas absurdar y miradas furtivas,
para finalmente, partir a ti.
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