Mis ideas han peleado,
y la batallas que ellas
a cada rato engendran,
me impiden tener la cabeza
en la fecha.
Anacrónico, el mundo
se despereza.
Anábolico, el bullicio
se estremece.
Y el resto,
inamovible sigue allí
sosteniendo la batalla
ahumando la piel.
Alguna tiene que vencer.
Cuando se apaguen,
los destellos metódicos
y la empiria vívida,
una libertad paradójica
las reconciliará
Y sólo entonces,
desfalleceré.
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