Llegué cansada y mientras me bañaba le pedí a mi novio que hiciera la cena.
Le expliqué qué cosa para cada quién y dónde estaba todo.
Sólo tenía que cocinar,
y él es un genio cocinando.
Le puso limpiapisos a la milanesa.
Prueba,
de que no existe la perfección,
todo lo demás es puro enamoramiento.
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