martes, 29 de abril de 2008

Mi

No tengo nada, pensaba y me repetía, no tengo nada. Si alguna vez, aunque hubiera sido ficticio, creí tener algo necesito que me devuelvan aquel artificio, porque me voy te pierdo y no voy a ningún lugar, porque te quedas me voy pero a ningún lado. Te miro de costado, no acusas recibo, te vuelvo a mirar y cuando giras y me devuelves la mirada salgo despavorida, asustada en aquellos ojos, vi morir mi alegría, por su destrucción impune, mi imagen toda. Volví. ¿Dónde estás? Estoy temblando, freakeo, te estoy esperando, mi corazón se sale del pecho y mis tripas están por estallar ¿Donde está aquel amor que era mío? Espero al acecho, pero no te veo, cada vez oscurece más en este rincón, me voy quedando dormida.
¡Oh Aquí están! ¡Traicioneros! Me Despierto.
Hay silencios varios el lugar es mudo y los ambientes poseen límites infinitos, todo es nada, no hay especificidades, aunque parezca tan sencillo es puro caos. Puedo ver las particulas, los átomos, mis venas, mis músculos, puedo verlo todo, cierro los ojos desesperada, me tomo la cara con las manos y veo mis huesos, mis uñas, lo veo todo. ¿Porque la existencia me condena al absolutismo? Porqué ver detrás de aquellas cortinas tu corazón desangrando con el acta de defunción, cuando quiero salir no hay puertas, mientras la habitación vacía gira yo la miro perpleja, detenidamente miro por entre las paredes buscando la cerradura, nada. Me quedo dormida.
Estos sueños y malsueños cargando realidad sellan mi quiebra, y todos los acordes en Mi, desafinados dan estructura y melodía al movimiento sereno y macabro de tres deseos mezquinos que hasta no completar el viaje, me niegan la fantasía.

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