Y si vuelves,
no tendré opción.
porque si vuelves,
tendré que fugarme.
Y si me fugo,
querrás buscarme.
Pero no lo harás.
Y si no lo hacés
no podré medir...
tu deseo por mi.
Prefiero que no vuelvas
a tener que medir
lo irremediable de tu ausencia.
Porque no es la mía,
la que cuenta.
Tal vez antes me fui yo,
y no quisiera saberlo
porque aún así
no volverás, y si lo hicieras
no te quedarás.
De cualquier forma,
ya comprendi que nada hay
de mi en ti y todo resta de ti,
aquí.
No vuelvas por mi.
Quedate por ti.
Y sino,
nuestra opción
quizá sea lo que
todavía no existe
entre mi huida y tu regreso.
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