lunes, 28 de enero de 2008

Un viaje a la luz

Era un viaje sin regreso hacia el punto final, le ardía en el lado derecho de su sien, le recorría el cuello y la yugular, los sentidos se agudizaban, sentía morir y no en la soledad, una música de fondo a lo lejos, como un brillo resplandeciente en la oscuridad, le recorría el sudor por sus hombros, por la espalda y los pies los sentía volar cayendo… la mandíbula se le derretía en un suspiro inconciente… el corazón, le latía como mártir, en el más allá del horizonte estupefaciente de escapes infinitos se agudizada la realidad… es un ligero letargo de oscuridad solar, de astros monstruosos en la enormidad del colchón, ese vacío que le acompaña cuando se le va… cuando se le fue, cuando se le olvidó, su aroma le persigue aún en los puños de la sabana desplegada sobre la superficie del sillón. Cada tanto escucha el llanto del pasado, la liturgia del adiós, el hasta siempre haciendo eco en un encuentro fatal, le llamaba… le despedía, también le daba la bienvenida al jardín de las almas perdidas en la desolación fortuita, en una sofisticada manera de morir… se le descomprimían los sesos, le bailaban los pies, se le clavaba en lo hondo la alucinación del vértigo, adrenalina pura se paseaba en cada vena, el miedo le constreñía todo el ambiente en esa luz a lo lejos.

XVIII

Para P.

Llegué, llegaste, llegamos.
Una calle, casi una avenida un dia de lluvia inesperado
De esos de marzo que son inconcebibles,
Preguntaste por el mismo piso que yo y subimos juntos la escalera,
Tan lindo y tan casual,
Despejado y alunizado
Asombroso y simpático,
Sincronizados, casi en el mismo punto letal,
Inaudita mirada una día como aquel,
Sorpresiva llegada un día como cualquiera,
Tanto tiempo malgastado
Todo esperando tu abrazo..
Que aun no concibo
Que aun espero
Que todavía quiero…
Enredarme en tus brazos,
Extremidades todas,
Diluirme eternamente…
No me dejes ir
Aquí quiero estar…
Forever and ever.