viernes, 26 de diciembre de 2008

Fuera de Juego

Me prendo un cigarrillo y arranco, derecho por la avenida juan b justo, no sé hasta donde llegaré tal vez me den ganas de doblar en Honduras, y parar... entrar a beber una cerveza en un barcito de por allí, tranqui... son las dos de tarde y es sábado, no estaría mal... buena compañía.
Lo llamo, le pregunto si está ocupado y no sé como invitarlo... podría haberlo pasado a buscar, pero está ocupado, como siempre hay cosas mas importante que buen momento de distracción.
Sigo fumando el cigarrillo, me senté en una mesa de afuera y mientras sigo pensando en nada, la brisa de frente y las bocinas haciendo batifondo ¿Que mas puedo esperar?
Ya pagué y estoy de nuevo en el auto, lo enciendo... pongo primera y voy a seguir dando vueltas, como mi mente, como la música... estoy cerca de su casa y cuando paso intencionalmente por la esquina lo veo limpiando el auto "este pendejo de mierda...." -pienso. Doblo y aunque sea contramano acelero y luego freno de golpe, me bajo y nos quedamos callados mirándonos... ¿Te ayudo? -le pregunté. "no vayas a rayarlo..." -me respondió. No le replico, me prendo un cigarrillo... a la mitad lo apago, lo mando a la mierda y me subo al auto.
De regreso a casa, con los ojos desorbitados, los oídos aturdidos y las neuronas desorientadas... con el celular en la mano, lo llamo a Mariano, lo invito a casa y pasamos una noche... divertida, como todas con él. Al rato me despierta cuando se está yendo... me doy media vuelta y antes de volverme dormir pienso "esto es vida".

lunes, 22 de diciembre de 2008

Anti domingo

Los domingos que llaman a la reflexión del inicio, del final de la semana, este día bisagra que encarna el desencanto engedrado por el festivo fin de semana. El domingo, monstruoso sin sabor y sin ruido de bocinas, la ciudad en ruinas, las campanas de Iglesia.
Digno de día espiritual, reclama el descanso y la quietud del cuerpo, que hoy no trabaja. Pero trabaja la mente, esos enanitos inquietos curiosean por los espacios cerrados abriendo puertas prohibidas en busca de emociones oscuras. La decadencia que implican se adhiere a la tranquilidad perturbadora del ambiente urbano y estallan el verborragia interna, las sensaciones mediocres del acaecer humano.
Mientras perdemos el tiempo pasando los días en un sinfin de obligaciones y ocupaciones, llegado el domingo ¿Qué haremos con tanto desdén? Ni cerca de ser ello lo que me persigue, es alguna de las razones que sostienen el trago amargo, de fernet sin cola, que algunas almas transitamos sin demasiado ruido, ni siquiera con estupor.
Las palabras llegan solas y se suceden, como todo lo que dicen por ahí, como todo lo que pasa aunque no estemos allí, mitad mentira y mitad verdad, como el domingo de descanso. ¿Y cuándo descansaré yo de esta pena extranjera?
Dejamos la resaca en el cajón y salimos en busca de causas que hagan de este gris, un fervoroso blanco brillante, una caminata en Puerto Madero, una estrella en el destierro, un barquito en el Río Paraná o miles de fugaces idolatrías mentales, para llenar de vida lo inanimado... y aún, incluso en estas palabras se hunden los espiralados blancos.
Y al fin, concluyo este acto que debería o hubiera querido realizar hace rato, escribir sobre este puto y triste domingo... que me recuerdo, cada vez... que haga lo que haga, él me encuentra siempre... en soledad.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Quimera

Estereotipia circundante,
silueta perpetua,
estigmas inextirpables,
recuerdos atosigadores.

Memorias, desamores,
soles y lunas,
la divina comedia,
este amor y este odio.

El duelo y la culpa,
el suspiro que repito,
y a paso agigantado,
a veces suave, me alejo.

No hay ídolos en mi país,
pero cada tanto,
me envenena una estrella fugaz,
infinita pasión, la vida es sueño.

Y sueño, de vez en cuando duermo,
ahora que me olvidé lo que estar
despierto y vacío, rompo el silencio y
grito: ¿Dónde están mis quimeras?

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Ver tigo

De la seguidilla de veloces sucesos me he perdido en la antesala de la redención, y qué pudiera hoy hacerme de brújula frente al vértigo que enfrento al doblar en cada esquina, al retornar de mi cada pregunta insatisfecha.... al ser tan real esta oscuridad y tan escalofriante este frío, aterrador este ensueño, minúsculo este resguardo.
Es esperable que en este entierro del presente, resurgimiento del pasado marchite las esperanzas degollando margaritas. Es posible, que la noche acompañe despertar en tinieblas y el hastío en el desayuno, las sábanas sin calor y el silencio sin canción. Es posible que el vacío hoy lo recubra todo.
Quizá, recorriendo los capítulos, no se trata mas que de resolver la indeterminación grisacea con odio feroz y volver al amanecer renegado y al dormir interminable... es cruel este vértigo que me atraviesa al devorar mis horas, al suprimir el oxígeno ¿Cuándo encontraré la salida de este infierno de voces y besos que no sienten? ¿Saltaré aunque me vaya la vida en ello?

jueves, 4 de diciembre de 2008

Complicidad

La felicidad trillada abrió al maldecir, sus brazos de terciopelo, fue suave mientras duró y como dura cualquier cosa, sólo alcanza para unos bellos momentos. Y que tan conocido y reconocida que siempre es igual... como estar bien, como una sonrisa sencilla.
Sin embargo un día te agarra un ataque de risa fatal, tan delgada en su finitud, tan absurda en su crueldad, quitando el oxígeno y casi sin respirar.... volver al presente, y aquel reciente pasado que hace llorar y otra vez estalla esa carcajada descontrolada, descuageringando todas las palabras siendo el discurso ya, una verborragia de neologismo desarreglados.
Desatina pues, aquel que aspira a la diferencia en el binestar de la sonrisa y se olvida de la arrasadora risa perturbadora ¡Oh comedia bendita! Tragedia ináudita. Entonces, luego de la euforia feroz, la tranquilidad... el silencio y las miradas mojadas que cómplicas giran de aqui para allá y va y viene, "doreando" en un impacto de seducción histérica. Relanza la comedia...
Regresa, la insoslayable melancolía a pintar el escenario de gris, porque esta frustración que se fundió en las palabras que recordaban la anécodta se resbalaron con las lágrimas que alcazaban los labios, luego de recorrer la mejilla.... ola escandalosa, finalmente confesó: "no sos vos, soy yo".
Otra vez, volvieron a reír.