martes, 21 de julio de 2009

Sh

Silencioso, este acercamiento. Se acerca.
¿Debería? En tal caso ¿Qué... debería?
¿Contarlo? ¿Sentirlo? ¿Vivirlo?

Empiezo creyendo, que nada sé.
Termina siendo, que siempre lo supe.
¿Debería terminar lo que nunca empezó?

Vos sabés, que en este momento
mi vida es muy confusional. Es q si soy
o no soy o ¿qué soy? allí donde vocífera...

¿Y aquí, ahora? Para mi...
Nuevamente, estaré tal vez evitando
que de improviste me encuentre,
el desamparo que no pude evitar.

¿Qué valor? No sabés de que estoy hablando
y siempre me lo preguntaste, lo sospechaste.
Pero evito pensar que tal vez...

y me olvido, pero en el olvido mismo
es que extraño, lo extraño de tu alteridad.
de tu capricho circundante, y lo niego.

Es que si ya no fuera sólo mío,
si lo compartiera, me quedaría sin ni,
sin mi, sin ti. Sin sin sin sin....
En el desemparo de la desesperación,
En el daño de la frustración,
En el dolor de la pérdida.

Yo le solía decir, profecía autocumplida.
¿Es qué debería ser así?
Lo que debo, es admitir que creo
no tener el valor. ¡Hay que decirlo!

Tal vez seamos un par,
mas o menos, de cobardes
incluso, invaluables.

Y quizás, no haya qué decir.
Mucho que hacer.

domingo, 12 de julio de 2009

Un diálogo cualquiera

- ¿Qué te gusta del jardín? Le pregunté, al tiempo que, esperando mi pregunta esbozaba su sonrisa… momento adecuado en el que convirtió con sus ojos vidriosos el oxígeno en purpurina, se parecía el paraíso haber cedido ante su presencia, no titubeó y me respondió:
- Sus colores… -mientras anticipando mi pregunta agregó- a veces me resultan mágicos, yo no soy un hada, ni quisiera serlo, sólo vivo hechizada. Nos quedamos mirando el horizonte, sospechando que detrás de aquel absolutismo quizás todavía restaba una esperanza.
- Mi sueño sería que todavía restara alguna ilusión…
- Yo no tengo un sueño, pero vivo ilusionado.
- Entonces, estás preparado para este viaje.
Me pregunté a que se estaba refiriendo, pero no lo enuncié, preferí quedarme perdido.
- Así es como se hace, así como así, se va decantando el camino. –murmuró.
- ¿Y partiremos juntos en ese rumbo?
- Yo le preguntaría a la brújula ¿Tienes alguna?
- Se han extinguido, de lo contrario, creo que no nos hubiéramos encontrado.
- ¿Me hubieras buscado?
- No me hubiera sorprendido.
- Que regalo más maravilloso…
- El único que no tengo para regalarte –sentencié y la acobije en mis brazos.
Nos quedamos entrelazados hasta que el tiempo se templó y su voz me acarició de un modo tan nostálgico que no pude evitar llorar.
- No llores, que no existe parangón.
- ¿Y si existiera que sería de nosotros dos?
- ¿Existiría un nosotros? Yo me quedaría con vos y yo.
- Entonces, perdámonos otra vez, así tendremos la oportunidad de volver a encontrarnos.


para Ale un final feliz. No te desorientes nene, vive la magia. Perdete.

viernes, 10 de julio de 2009

Amor de vidriera

Ahora que no me engaño, ahora que no me ilusiono.
Palabras viejas, que cuentan historias actuales, de un enamoramiento a flor de piel.


Puede haber tanto detrás de una sonrisa, que ni los ojos más pentratenes lograrían saberlo todo, pero es la sonrisa misma la que seduce los ojos vidriosos, y son ellos los que conjuran la risa.
Te invitaría a bailar los compases más perfectos a cambio de tu risa encantadora. No perdería momento alguno para transparentarte. Si supieras, a veces estos ojos tiemblan al mirarte y en ocasiones, la sonrisa inmutable deja todos los sentidos.
Ayer vi tu sonrisa merodeando mi memoria e inevitable resulto mi mirada punzante, yo quería en mi fantasía desnudar tu monotonía, hacer temblar tus pies en un momento eclipsado. No puedo más, ver pasar tus pasos que nunca vienen hacia mi, mis huellas han quedado siempre alrededor de esa armadura, tosudez que sólo de vez en cuando deja escapar un dejo de tu dulzura.
Yo me animaría a tantas cosas y a tantas más, pero esto no es una declaración de mi amor, tampoco una muestra de mi coraje, simplemente es el reflejo de mi pensar, el reflejo de mi desear y el espejo de mis días recurrentes sin la sencillez de tus palabras, con el eco el silencio.
Pero acaso ¿Tan claro está en una mirada el tesoro más buscado y tan necia sea yo al enroscarme en la sencillez del secreto, y en la medida de lo impenetrable, hundida finalmente en la cobardía de los histéricos?
O tal vez, mi necedad y yo, nos sentemos aquí para encantarnos con tu sonrisa hasta que tu mirada gire hacia aquí.

miércoles, 1 de julio de 2009

De en serio

Que sea de en serio
que me voy y me llamas.

Que sea de jugando,
que al esperar, no me buscas.

Que sea de mil maneras,
pero que una vez sea en serio.

Que no sea, que en serio
has dejado de desearme.

Y allí, donde me llamés
no voy.
Allí donde me busqués,
estoy.

Y aquí,
donde vivimos mi espera y yo
que sea de en serio,
que al fin llames a mi puerta,
cuando yo la pueda abrir.