martes, 30 de marzo de 2010

De Susanitas y Don Juanes

Esta es una historia, tantas veces por volver a contar. No me canso de invetarle la veta que permita escapar a tan descarnada realidad. Es un intento de modelo lo que hay, es un antimodelo lo que prefiero seguir. No por contrariar, semejante obviedad sino por conservar la ingenuidad.
La cuestión se dirime. Las diferencias tan habidas y siempre habrán y tan marcadas también estarán, no obstante por los años de los años, existieron esos heroes y heroínas que tan bien se sabían amar y detrás de ello, velar por la no-soledad. Soy ferveciente creyente, de que en el fondo, es sólo la soledad y no hay retorno, y como contrapartida hoy tengo que situar esa ilusión que siempre está por llegar... La vida es sueño y todavía me duermo esperando que algo diferente me venga a despertar. No puede decir que suceda, el eterno retorno de lo igual, no puedo esgrimir mi estándarte a favor de la posibilidad. Lo que me puedre es escuchar y contar, el mismo guión invertido cada vez.
Son los tiempos los que corren y me siento de modé en este espacio insostenible. Hoy, una historia cualesquiera, vertiginosamente empieza, se anuda y desenlaza en cuestión de un mes -y sólo por objetivar un periodo- no tiene ideal, no tiene parangón, no tiene más que vacío... y lo que vos pensas y lo que yo pienso de vos. Y ya. O no, dura un prolongado tiempo de escasos encuentros, escueta comunicación, reiterada retirada y son tus reglas o las mías. Mas que un encuentro, parece una competición.
Es que si yo misma me acuso de racionalizar esta repetición, no es más que una forma de protestar frente a lo irremediable. Pensaba yo destacar la comicidad, y hete aquí que me superó mi propia idelogía moral. Hay otras formas de responder a lo imposible... esta es sólo una que me armé, según mis propios vericuestos circunstanciales y hay otras tantas al alcance de la mano de cada quien. Pues bien, creo yo que de Susanitas y Don Juanes es la más común.
Ellos creen, mi generación, que ellas sólo quieren casarlos. Ellas creen que ellos sólo quieren la joda loca. Ellos dicen que ella esta una loca jodida, ellas dicen que ellos se van cacería. Y al final, enmascaradamente todos nos preguntamos ¿Cómo me quiere allí? Inmediamente uno responde... y es donde yo me pregunto algo diferente: cómo horadar allí un interrogante que se sostenga y cómo no recurrir a aquellos elementos de prejuicio diario, de las ideas prefiguaradas que "reduce fast fast" a cero una posibilidad... a lo imposible per se.
Habría que acostar al amor para descubrir toda su potencialidad y aquella toda esa pantomima la que no tiene lugar, invitarla a pasar.
Me podría acusar de Susanita aquel que entonces no sabe leer. No quiero que me entiendan, no me quiero casar... sólo quiero jugar, pero es todo tan real... es allí donde necesito, un deseo y un amor. El goce ya está por demás, vamos a escribirle la cara, contornear sus pliegues. Ponerse a trabajar y no trabar ese devenir insolente que nos lleva a aventurar el arte de amar al par.

Una versión

Porque cuando te vas, me persigo en vez de llamarte...
porque cuando estás, te busco, en vez de tocarte...
Porque cuando me das, yo te quito.
y cuando te quito, no me quieres dar.

es que tu pequeña nada, es lo único que necesito.
y no lo vas a entender, quizás tampoco lo pueda explicar.
Y sin embargo, cada día más es nuestra razón de habitar
el desencuentro fortuito, el desamor reiterado.

Esto fue una realidad, sobre la ficción.
Todavía me invento;
Una noche estrellada, una imposibilidad.
Y lo sé, que más que ello es una cuestión estructural.

Si así, insisto.
Inercia, al juego de reír y contar,
me creo en serio, que es mi responsabilidad.
Pero aún no asumo, que es más sencillo vivir.

Ahora es acción,
uno dos tres, uno dos tres.
Pero aunque avance para cualquier lugar
es el puente el que no se deja encontrar.

y pensar que es tan simple como saber-hacer,
y pensar que lo simple, es tan difícil
como aprender en horizontal a jugar con vos.

jueves, 25 de marzo de 2010

Arena

Cuento los granos que suben, cuando bajan. Así pasan y es un instante, el que separa a uno de los otros, para cuando se juntan ya es demasiado tarde y la mejor hora para encender el fuego y servir la cena, después dormir para despertarnos. Cuando lo hayamos hecho comprenderás porqué, los granos suben cuando bajan.

miércoles, 24 de marzo de 2010

No me acuses

Porque nunca voy a entenderte, no te enojes cuando te quiera entender. Yo tampoco. Y no me vas a entender. No me acuses por renunciar al laberínstico crucigrama, hace rato perdí el gusto por lo descocido. Es que se me escapa, y cuando roto uno lo lamenta. Ya no puedo hacerlo, pero aún quiero... y querer, es más grande. Mi corazón es tuyo + las cinco letras de mi nombre. No me acuses por perder, si a vos t gusta tanto ganar.

martes, 16 de marzo de 2010

"Dale que era"

Porque las reglas, que se trasgreden
no me dejarán mentir, si digo...
que son las que traes tu
o las que propongo yo.

Que en este juego, campo de emociones
hay dos planes y un solo lugar,
plano en el cual desplegarse,
tierra de caníbales, territorio disputado.

Podríamos, hacer juego. Las reglas ya están.
Las apliquemos o no, algo nunca pasará.
Y al sacrificio de tus ansias, cedo yo
el beneficio todo de la aceptación.

Y aún,
no quieres que yo quiera querer.
Pero querer, es lo único que puedo yo
más allá de ti, o mi o este juego a perder.

Comienza y no me discutas,
arroja los dados y no cambiés.
Apunta, sopla y anhela
que imposible esté aquí cuando terminés.

Entonces, si me preguntas
imprimo dubitación y rodeos
condendo nuestro encuentro
en el sanjón de mi deseo.
Que sí, quiero.
Que sí, espero.
Que no, es lo que hay
Que no, es lo que no quiero que sea que hay.

Bueno, si y no.
Es la única forma posible, mientras tanto
de que empecemos a jugar.
Empieza tú, I walk beside you.

domingo, 14 de marzo de 2010

muerdago-

En vertical,
los ojos giran.

Te vas poniendo
en horizontal,
tu cuello.

Y tu boca,
que calla, esboza
dos sonrisas
una paralela y
dos perpendiculares.

A pesar de que mi boca
tan cerca te rodee,
que nuestras pestañas
se abaniquen,
las risas se enfilen
y la sintonía sea nuestra
Es una linea,
casi un abismo
el que te mantiene allá
frente a otros ojos,
sudor de otro cuerpo.
Cuando es tarde,
y extraño la complicidad.
Cuando es temprano
y nos falta el café.

Cuando todavía
se me eriza la piel.
Porque si todo pasa,
hay excepciones que
se enquistaron para
quedarse... hasta el final.

domingo, 7 de marzo de 2010

Eco

Detrás de la tranquilidad,
al costado de la locura.
Al servicio de tu obra,
nadando por el piso
por osmosis circular
los téntaculos de tu imaginación
se amarran a mis cabellos
sobre su cromado,
a despecho de su textura áspera
sobreviven y penetran
como flechas, llegan
invariablemente,
y albergan, sus vibraciones
los silencios hablados.

Se pegotean las ideas

y vuelven a mancharse
cuando se enganchan
y se sueltan y se enganchan
y se descosen y bailan,
patinan, ríen, engarzan
el misterio y renace
otra vez, la necesidad
de ir al encuentro.
Escapan, cuando se hacen letra
y saltan, cuando se frenan,
hacia los dientes que tercos
insisten, aguardando el momento
para tomar la iniciativa,
esa que nosotros sentimos
cuando sabemos que lo prohibido
es finalmente lo que despierta
y calma nuestra sed.

sábado, 6 de marzo de 2010

Y si vuelves,
no tendré opción.
porque si vuelves,
tendré que fugarme.

Y si me fugo,
querrás buscarme.
Pero no lo harás.
Y si no lo hacés
no podré medir...
tu deseo por mi.

Prefiero que no vuelvas
a tener que medir
lo irremediable de tu ausencia.
Porque no es la mía,
la que cuenta.

Tal vez antes me fui yo,
y no quisiera saberlo
porque aún así
no volverás, y si lo hicieras
no te quedarás.

De cualquier forma,
ya comprendi que nada hay
de mi en ti y todo resta de ti,
aquí.

No vuelvas por mi.
Quedate por ti.

Y sino,
nuestra opción
quizá sea lo que
todavía no existe
entre mi huida y tu regreso.

Amor II - Raul Brasca

Pretende que yo estoy enamorada del amor y que a él sólo le interesa el sexo. Dejo que lo crea. Cuando su cuerpo me estremece, lo atribuye a sus muchas palabras.
Cuando mi cuerpo lo estremece, lo atribuye a su propio ardor.
Pero me ama.
Y no lo saco de su engaño porque lo amo.
Sé muy bien que seremos felices lo que dure su fe en que no nos amamos.

Amor I - Raul Brasca

A ella le gusta el amor. A mí no. A mí me gusta ella, incluido, claro está, su gusto por el amor.
Yo no le doy amor. Le doy pasión envuelta en palabras, muchas palabras. Ella se engaña, cree que es amor y le gusta; ama al impostor que hay en mí.
Yo no la amo, y no me engaño con apariencias, no la amo a ella.
Lo nuestro ... es algo muy corriente: dos que perseveran juntos por obra de un sentimiento equívoco y de otro equivocado. Somos felices.