jueves, 4 de noviembre de 2010

cErrando

Ahora que vivo, no sé morir:
de alegría, de tristeza, de dolor.
Puedo sentir, el cosquilleo anterior
antes del final.

Ya no corto por lo sano,
ni me hago tanto el bocho,
ya no lloro sola, ni cocino para mi
ya no.

Me arrastra, la vida o la inercia
me invade el impetu
de volver a escribir,
de transitar, aunque duela.

Descoci esa maraña de pasado
obseno y perverso,
queme mis ropajes, me anime a salir
y a volver a entrar.
Pero sino encuentro la llave,
el candado, el picaporte, la tapa del libro
la solapa de la carpeta, la manija del cajón
el botón, el ojal... la puerta.

¿Cómo voy a cerrar?

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