domingo, 12 de julio de 2009

Un diálogo cualquiera

- ¿Qué te gusta del jardín? Le pregunté, al tiempo que, esperando mi pregunta esbozaba su sonrisa… momento adecuado en el que convirtió con sus ojos vidriosos el oxígeno en purpurina, se parecía el paraíso haber cedido ante su presencia, no titubeó y me respondió:
- Sus colores… -mientras anticipando mi pregunta agregó- a veces me resultan mágicos, yo no soy un hada, ni quisiera serlo, sólo vivo hechizada. Nos quedamos mirando el horizonte, sospechando que detrás de aquel absolutismo quizás todavía restaba una esperanza.
- Mi sueño sería que todavía restara alguna ilusión…
- Yo no tengo un sueño, pero vivo ilusionado.
- Entonces, estás preparado para este viaje.
Me pregunté a que se estaba refiriendo, pero no lo enuncié, preferí quedarme perdido.
- Así es como se hace, así como así, se va decantando el camino. –murmuró.
- ¿Y partiremos juntos en ese rumbo?
- Yo le preguntaría a la brújula ¿Tienes alguna?
- Se han extinguido, de lo contrario, creo que no nos hubiéramos encontrado.
- ¿Me hubieras buscado?
- No me hubiera sorprendido.
- Que regalo más maravilloso…
- El único que no tengo para regalarte –sentencié y la acobije en mis brazos.
Nos quedamos entrelazados hasta que el tiempo se templó y su voz me acarició de un modo tan nostálgico que no pude evitar llorar.
- No llores, que no existe parangón.
- ¿Y si existiera que sería de nosotros dos?
- ¿Existiría un nosotros? Yo me quedaría con vos y yo.
- Entonces, perdámonos otra vez, así tendremos la oportunidad de volver a encontrarnos.


para Ale un final feliz. No te desorientes nene, vive la magia. Perdete.

No hay comentarios: