sábado, 15 de septiembre de 2012

Aromas

Aguja
incisiva que se prende
a la magnánima sensación
que lo hace invasor
imperialista profundo
que gobierna todo el territorio.
hundiéndose profundo
y fértil, y humilde.
Fusil de las mil balas
disparas,
y dónde el aroma,
su huella deja..
si cuerpo no posee.

Y sin embargo,
siempre inolvidable,
comandante de emociones
perpetuador de colores.

Y hay tantos y pocos.
Cuando alguien se va,
o cuando alguien llega
sólo se recuerda uno.
Y se lo vuelve a recordar
con todo el cuerpo,
dispuesto al proposito
etéreo e inminente,
por miedo a perderlo
por miedo a que el tiempo erosione
el olfato y su historia.

Aroma, tienes el privilegio
de trasladar, 
en un suspiro 
más allá o más acá 
sin siquiera desearlo.


Fugitivo público,
organza omnisciente
en eterno presente
aún en pasado
que a veces, tiene nombre
y otras veces, simplemente no.

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