domingo, 9 de septiembre de 2012

Tramando VII

Entre las copas de mas y el bullicio ambiental, desistió. Cambio de rumbo. Volvió a su casa. Al otro día, cuando se despertó no entendió mucho lo que había pasado, mir su alrededor era un verdadero desastre, no solo su cuarto, su vida. Postergo la reflexión, tenia mucho dolor de cabeza y sueño, su cuerpo se había declarado en huelga, y ese día no quería moverse. Así que en ese estado de rebelión generalizada, dejo que la ebullición pasara. No hizo nada ese domingo, y aunque quisiera postergar las ideas que la zumbaban en la sien, tuvo que someterse al entendimiento.
¿Es que la noche anterior se lo había cruzado a Eugenio?¿De verdad? ¿Como era eso posible? Se reprocho sin éxito el haberse comportado así. ¿Pero algo hubiera cambiado las cosas si se hubiera conducido de otra forma? El problema, no es un instante. Una vez.  Haberlo perdido, que haya pasado... Es que un Callejón sin salida cuando el germen del vicio estúpido proviene de uno mismo, y su movimiento  gozoso cierra en el circulo impenetrable.
Concluyo Mara, que así había estado bien, y que posiblemente no lo volvería a ver, no por el. Sino por ella misma y por el temor que su mas alla desquiciado le imprimía. Es un camino de ida, empezar a salir del circulo, carcel conocida, limitaciones protectoras. Pero ello nunca puede ser sin otro, porque nadando en su propia miseria, se termina reproduciendo miseria. La novedad, lo diferente, siempre es exterior... ¿y quien seria el dichoso?

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