sábado, 29 de noviembre de 2008

Reedición

Aquí, hoy también vuelvo a perder aquello que nunca tuve, o si por tenerlo siempre es a condición de perderlo, haciendo como si aquellas cosas que te enganchan ya no existieran más. Pero como en estos los casos, uno se cree culpable... por algo que no dependió de sí mismo, y probablemente si hubiera habido algo que uno pudiera hacer, pero que falte está más allá del bien y del mal.
Entonces definitivamente uno se asume culpable y reflexiona al respecto, sobre las coordenadas de esta pantomima que vuelve y retuerce las entrañas, una vez más. Remar contra la corriente porque no es esto lo que uno desea o cree desear, sin embargo donde molinos de vientos buenos son los don juanes alicaídos.
Es el momento previo, aquel donde hierve la sangre y agoniza el alma, ya se sabe lo que va a pasar y no se puede adelantar el final o si, pero no está permitido declarar la muerte antes de una eutanasia confirmada. Es tan doloroso para el que está de este lado, esperar el alivio final... el ultimo respiro, entre tanto bullicio de voces mudas y una escena desvastadora, la calma. Que no vana, porque apaciguará este dolor... y sólo bastará con llamarla para que venga a propiciar ese punto de inflexión entre lo que fue y lo que será... en soledad.

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