lunes, 17 de marzo de 2008

Terriblemente absurdo es estar vivo.

Como estar obnubilado arrancándolo del sueño para convertirse en realidad, un deseo casi armonioso, una ilusión que reparte un sinfín de luciérnagas narcotizantes, en un estado inverosímil pero real e invisible, tan sólo un sincrónico futuro en forma de signo de interrogación, se somete al beso en la frente, se abdica el paso, la pasión con la ausencia y el dolor, el penar se acrecienta y se hace imposible un estado de nirvana, y como guerreros en esta batalla sin sentido, pelear con la respiración persiguiéndote la nuca, con le jadeo de los carroñeros al acecho, que imposibilitados de solidificar su ambición no buscan mas que migajas podridas.
En esta conjugación de soledades e individualidades incluso fragmentadas ¿A dónde depararemos? Hemos pecado de insanos, herejes en un mundo sin retorno, para apropiarnos en una causa común del común denominador que nos sostiene y sin embargo, nos separa. Construir, entonces como nada, la plataforma cual diamante en bruto consolidando un consuelo para no caer al final en la cuenta de que vivimos muriendo y no vamos a morir viviendo.
Y como extranjera en mi tierra, con un cuerpo mamífero y vivifico, con la libido estancada y las sensaciones insensatas que las preguntas sobre la existencia en su origen y fin, me arremeten, me hallo exhausta y suicida, casi hundida en un crater oscuro de ruidos bizarros y posibilidades descaballedas, sin donde sin expectativas y sólo espectros por doquier, envenenándome lentamente...
Estoica frente al bagaje de historias, miserable en el defasaje simbólico, acabada sobre la piedra, estúpida en la soberbia, y más, más significados otorgados a esta circunstancia insípida, que sin poder experimentarla, me experiencia llevándome donde los silencios son vacíos y los estigmas obra de arte decantando la escena y encima al revés, para colmo, aburrida.
Sin tanto, por lo poco, me quedo aquí perpleja y confundida, me guardo el apunte y sigo hacia donde sea "adelante".

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