martes, 23 de septiembre de 2008

Uia!

Hay un punto o varios puntos, algunos son suspensivos e instauran la incertidumbre, otros finales, otros aparte. Otros, simplemente nada(n). No importa cuánto afectan, si rozan un punto de afección, la certidumbre apacigua, ambigua, este drama denso y merma las algarabías que ayer nos hacían reír.
¿A dónde mudarme sino tengo lugar donde alojarme? Dar apertura a este terreno sin techo, a estas playa sin mar. Y adorno con palabras e incertezas un silencio, por no callarlo me lo creo, por no enmudecer, respondo. Finalmente entumecer y desvanecer el divertimento. Quedarme acá, aún sin saber lo que quiero, y así creerme que quisiera... ¿A donde?
Entrar y desvariar, lo que siempre en el mismo lugar supo estar, cual enfermo de ironía contrariar las costumbres toscas, aquellas que duermen, las que no te dejan dormir, al cabo... no creer que algo se puede hacer por cambiar el curso. Si al menos dos, vamos a inventar esta casa de cristal.
¿Hacia donde van nuestros pasos si van? Y ¿si acá estamos sin saber porqué? Digo, no sería extraño que otra vez el azar se haya involucrado en producir existencia sinsentido, donde aquello que incipiente se vuelve "cosa", se desgasta en su ciclo mismo.
Dicen, yo también puedo decir pero me callo. Y ahí pierdo. Sin embargo, para saltar... necesito un agujero.
Y al menos eso ¿Hallaré?

No hay comentarios: