viernes, 18 de julio de 2008

Circus

Los dolores regresan por las venas se hacen verdad, cuando no menos las mentiras las disfrazan para olvidar, en el zaguán de las lágrimas los ardores se hacen piel marcando a fuego lo irreparable. Tangencialmente, los recuerdos van abrazando la llaga y la herida se hace costra, la débil sutura empieza a dejar su cicatriz hasta que regresa con violencia aquel siniestro dolor, acontece vertiginosamente un devenir instántaneo de malvividos momentos, resurge de sus profundidades, con fuerte ebullición la sangre hirviendo cargada de angustia. Rasguña la herida, rompe con la cicatriz y la desprotección envenena el ser, otra vez el miedo, aquel temor con sabor a hiel, mientras siguen drenando velozmente el odio por el incipiente e histórico agujero que recuerda, que no sana... que no hay olvido, ni razón.
Nuevamente los avatares persecutorios de la insolente familiaridad que traiciona, cobarde, los seguros fantasmas que protegen de tanta atrocidad. "Venid a socorrerme ficción, venid a salvar mis penas esta noche sin refugios, cesad estos ruidos incesantes, apagad la turbulencia y encenced la turbina, hoy quiero volar... otra vez. Ya no sé de qué se tratan tus consuelos y sin embargo anhelo, la cálida pasión que calmaba, meciendo mi mirada, entornando mis oídos, adormeciento mi vida. No puedo volver, no hay camino de regreso ya no somos los de antes, tus puertas se cerraron tras de mi".
En la cueva profunda con escalofriantes susurros siento el desvanecimiento volver por mi, él vuelve. Yo siempre estoy. Si partir es quebrar y perder es doler, no hay qué me rescate de este circo macabro, ellos juegan con mi ser, de ellos depende mi... Y todo mi. Incluso, también aquello que off the record, nunca podría depender de mi. Sí, así es como lo absoluto hecho carne, te hace sentir. Así es como es, cuando ese Otro deviene Mantis, cuando es demasiado absoluto y nada depende de ti, cuando es demasiado absoluto que ni siquiera lo podés llamar para que venga a cuidarte...

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