miércoles, 9 de julio de 2008

Un acto, cualesquiera, una pieza de la variedad, la más contingente. Tres pedazos, de una palabra cuartizada, una vertiente inevitable hacia lo más oscuro y enigmático. Porqué uno escribe y si uno escribe, escribe por escribir o tiene más que una razón sensata para escribir virtualmente, palabras y fonemas que nadie leerá o que leerán, pero en fin ¿Qué te retribuirán? No hace falta escribir, pero se sigue escribiendo. Los escritores profesionales corren el riesgo de que escribir se transforme en un "Hace falta" y ya no sea un "Hacer nada", digo hacer nada y no hace falta prácticamente se bideterminan. Igual, no viene al caso.
Tampoco hay caso, albedrío, jolgorio libre, liebres libres corriendo la liebre sobre la libertad del libertinaje gratuito. Pase libre al más bribón, vuelvo a encriptar sólo con el código de un saber que no existe, porque seguramente entalle un más allá, que ahora... no hay. O hay. ¿Quién sabe? Si la historia seguirá el mismo rumbo o si los pasos se bifurcarán, ya no es diacrónico mi inusitado recorrido, ahora lo asumo: es siempre rectangular. Y sólo por su Are, Rea, Era, y todas las combinaciones posibles que dan fuerza y esculpen anárquicamente o no, sólo que por suerte no lo sé, como para no detenerlo, al menos en caso de peligrosidad evidenciada, no importa.
La verdad es que no asumo mas que el juego sino el juego de jugar a que juego jugando, fabricando un brevaje insoportable, probablemente aburre. Pero así no me aburro, incluso me es probable que me divierta. ¿Lo ves? ¿Lo ves aparecer otra vez? Si tres piezas tengo, tres pedazos que posibilitan tantas oscuras cosas, cerrar los ojos, sentarme a hacer nada, sino hace falta más que hacer nada. Es lo que ahora estoy haciendo.
Antes cada vez sumergida en un discurso de hacer algo productivo, antes cada vez pensando en lo aburrido de aburrirse intentado desaburrirse, probando modos alternativos que aburridos... todo aburre, magnificamente infectando de inmovilidad, estas humildes tres piezas que harían poesía si las dejaran, haría más que oraciones y frases hermosas, harían nada. Son inofensivas, como todas las letras ¿Pero son inofensivas? Y de nuevo se embadurna del unguento amargo sabor a capitalismo agotador. Resulta indiferente si son o no son inofensivas, lo importante es en la mayoría de los casos me atrevería a decir, lo de ellos nos crea, en un ser... siendo un ser que no puede más que ser, no siendo. No se puede generalizar la experiencia, sólo puede decir que lo viví.
Allí estaba esperándome o yo a la espera de encontrarlo, cuando al fin "nos" dimos cita, en aquel encuentro todo se volvió imposible, inclusvo fue traumático. No hay palabras y no tenía nada para decirme ¿Qué le iba a decir yo? Aventuré unos balbuceos, mientras lloraba "Ah ya no puedo hacer nada" Zas! ahí lo atrapé, lógicamente, se me escapó pero su "pupu" dejó entre miradas que me hablaban, yo chupaba una lapicera y pensaba "qué será? qué será que me dejó esta frase y me dejó tirada?" o bueno, prefierí quedarme quieta, por si las moscas... llegaba a volver, seguramente lo haga. Como siempre, no será bienvenido, pero no hay nada que pueda hacer, ni siquiera culparme, lo probé no sirve. Hay algo que sí. Que cuando volvamos a no-vernos, ni escucharnos, etc etc yo esté haciendo nada. ¿De qué me podría culpar? "ocio! ocio!" Esa no serán sus palabras dignas, porque palabras no dice. Pero hay una voz que no se calla, por eso me callo yo, por si las dudas, me cayo.

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