miércoles, 28 de abril de 2010

Oracción.

Todo lo que vi,
esa noche cuando partí
Esta mañana
cuando llegué.

¿Fueron y serán
rostros vacíos?
Deseos interrumpidos.
Las cuentas al día.

Caminaba yo,
me sentía tan sola...
aunque te imaginaba reír
no te volvería a ver.

Sabía, que la urbe era así
me refugié en el sinsentido
del encarcelamiento mental
me emborraché de ardor.

Y naufragué:
Donde tendría que estar tu forma,
sólo se perpetua el muro.
Donde tendría que estar el decir,
hay una escalofriante materialidad.
Y si:
La desolación habita el hoy.
Cada vez que intento,
un lugar me invento
y nunca hay nadie allí.
Y quizá:
Podría haber, pero son sólo
empty faces. Emociones imposibles.
La llamada no se escucha,
¿Donde están los miedos que preguntan?
Profundamente siento:
Si esta palabra doble filo, puede cortar...
Si ahora es cada vez en una oración
Una escena ficción donde vivir,
una realidad mas simil.
Concluyo:

Cada vez, se hace necesario.
Un lugar, otra vez ahora.
Reinicir, no es repetir.
Escribir una oracción.

Te confieso, que en el retorno
me lamento.
Quiero volver a salir y al fin alunizar
en la desterritorialización.

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