sábado, 3 de mayo de 2008

Sol

Y ahora que salgo, me incitan a volver los vestigios de aquel modo tan patético de desear, su costado mestizo y los placeres mortales, mística idea de alcanzar la cumbre rozando lo llano. Es la lógica. Esta escala ignota, con pesadumbre corteja el vil malestar abrumador, contamina lo que sea que sea, aunque quizás nada sea el actual e inquisidor modo de aprehender aquello que no es. A este Sol que gobierna mi estatuto denigrado, lo pinto de indiferencia para que lo terrorífico de la permanencia no acote mi involuntariedad, que tantos reproches ha engendrado, que tanto otros no aceptaré.
Nuevo infortunio el de quedarme varada frente al huracán, me embrolla rápidamente protegiéndome de aquello constante y malvivido, de aquello punzante en la piel. Ahora que me atrapó, masoquista mi condición, resucita estanca sobre la roca que la hace existir, cual cabeza de medusa reanuda su causa insoportable, y otra vez es mi carne-papel de las letras infames y mudas, sin padre ni nombre.
En un momento, mi mente descuelga y los soliloquios foráneos se hacen nativos, los tomo altivos y sólo son son miserables, me los creo pero los dejo ser fugitivos mientras contemplo un horizonte a medias. Me daban de qué hablar, me daban de beber, de comer... me eran todo-nada, los extremos asiduos, irremediable desperdicio que no puedo perder, vale todo y sin embargo, a veces exploto.
Me confunden las publicidades en este mandato capitalista ¿Serán de hecho o de derecho sujetos? ¿Serán sujetos? Mi configuración real y quimérica, transparente me comunica con el mundo cegado por ambiciones y vicisitudes inverosímiles, que creen creer o que tienen que creer para poder... creer poder algo, que crear y consideran poder, tanto verbal o sustantivo. Son lo mismo, dado vuelta, son lo mismo disfrazado, son lo mismo que responde a la marcha funebre del ser-humano-hombre-ciudadano.
En el caos de la tempestad, me retiro a tocar Do re mi fa Sol, Sol fa mi re Do, Si la Sol fa Mi, Mi re do si La... sistemátizados en su cursilería melódica van formando una canción sin notas definidas, como un magma de deseos.

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